La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que está afectando a la Península Ibérica este octubre de 2024 plantea un desafío considerable para el sector agrícola en Extremadura. Las intensas lluvias y el riesgo de inundaciones asociadas con la DANA pueden impactar negativamente sobre varios cultivos claves, especialmente en áreas donde la acumulación de agua compromete las cosechas y los sistemas de riego. A continuación, analizamos el impacto potencial sobre la agricultura extremeña y algunas estrategias de preparación que los agricultores pueden adoptar para mitigar daños.
Impacto de la DANA en los Cultivos
- Cultivos de otoño: Extremadura tiene una producción importante de hortalizas, cítricos y frutas de hueso, así como olivos y viñedos. Las lluvias intensas y el exceso de humedad en el suelo pueden generar problemas de asfixia radicular en las raíces, especialmente en las plantaciones de árboles y vides, ya que estas plantas no toleran bien la saturación prolongada. La falta de oxígeno en el suelo podría debilitar las plantas y reducir su producción.
- Aceituna y olivar: Con la recolección de aceitunas en marcha, la DANA amenaza la calidad y cantidad de la producción. Las lluvias intensas podrían dificultar la cosecha, ya que el barro impide el acceso de maquinaria y trabajadores a los campos. Además, la exposición prolongada a la humedad puede incrementar la proliferación de enfermedades fúngicas como la verticilosis, que daña el árbol y disminuye la productividad a largo plazo.
- Cultivos hortícolas: La agricultura hortícola, con productos como el pimiento, el tomate y el espárrago, también enfrenta riesgos. Estos cultivos, en fase de desarrollo o recolección, pueden sufrir daños irreversibles si quedan bajo el agua. Las altas precipitaciones pueden causar un exceso de humedad que facilita el crecimiento de hongos y bacterias en las hojas y raíces, lo cual podría terminar arruinando la cosecha.
- Vides y viñedos: Para el sector vitivinícola, el exceso de agua representa un riesgo significativo, ya que los suelos saturados pueden provocar enfermedades y un posible deterioro de la calidad del fruto. Aunque octubre suele marcar el fin de la vendimia, en algunas áreas de Extremadura todavía se puede estar finalizando la cosecha, por lo que los efectos de la DANA sobre las viñas deben ser monitoreados.
Medidas de Preparación para los Agricultores
Ante el riesgo de inundaciones y problemas asociados al exceso de humedad, los agricultores pueden implementar varias estrategias preventivas:
- Drenaje del suelo: La instalación de sistemas de drenaje en campos vulnerables puede ayudar a evacuar el exceso de agua de manera más eficiente, evitando que el agua se estanque alrededor de los cultivos. Esto es fundamental en terrenos de olivar, viñedo y frutales.
- Protección de cultivos en invernadero: Para los cultivos hortícolas, la protección en invernadero puede mitigar el impacto directo de la DANA, reduciendo el exceso de agua y la exposición a vientos fuertes. Además, la gestión de humedad en estos espacios puede ayudar a evitar enfermedades fúngicas.
- Aplicación de fungicidas preventivos: En viñedos y plantaciones de olivar, el uso de tratamientos preventivos con fungicidas puede ser crucial para controlar enfermedades. Sin embargo, estos tratamientos deben ser usados con moderación y siguiendo las recomendaciones técnicas para evitar efectos adversos en el ambiente.
- Evaluación de daños y replantación: Después de la tormenta, es esencial que los agricultores evalúen los daños en los cultivos y realicen una replantación estratégica, si es necesario, para asegurar una continuidad en la producción.
Otras Regiones y Prevención del Daño a Largo Plazo
Los efectos de la DANA no solo se limitan a Extremadura; el sur de la Península y otras áreas agrícolas de Andalucía y Murcia también están en riesgo. La magnitud de la DANA de este año subraya la importancia de la preparación para fenómenos meteorológicos extremos, que en los últimos años han sido más frecuentes debido al cambio climático.
En el caso de Extremadura, las asociaciones agrícolas y cooperativas, junto con la administración regional, deben impulsar políticas de seguros agrarios accesibles y fomentar la capacitación en gestión de riesgos climáticos para el sector. Esto podría ayudar a los agricultores a prepararse mejor y a amortiguar las pérdidas económicas provocadas por condiciones climáticas impredecibles.
Conclusión
La DANA de octubre de 2024 es un recordatorio de los desafíos constantes que enfrentan los agricultores en Extremadura y en toda España. Los fenómenos meteorológicos extremos están poniendo a prueba la resiliencia del sector agrícola, y los agricultores deben adaptarse mediante estrategias preventivas y tecnologías de cultivo sostenible. Aunque las lluvias pueden ser beneficiosas para algunos cultivos, el exceso puede ser perjudicial, y contar con medidas de preparación adecuadas puede marcar la diferencia en la protección de las cosechas.
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